Pese al recelo inicial con que el cine miraba al nuevo medio en un principio, han encontrado sinergias industriales que han propiciado una colaboración fructífera entre ambos además de una hibridación de lenguajes expresivos que permite que actualmente haya ficciones televisivas de elevada calidad realizadas siguiendo procesos tradicionalmente cinematográficos. De este modo, la televisión ha dejado de considerarse una industria secundaria de nacimiento u ocaso de estrellas en decadencia para convertirse en un espacio flexible que goza de cierta libertad frente a las restricciones comerciales del cine.
La célebre cinta de Sidney Lumet Doce hombres sin piedad (Twelve Angry Men, 1957) fue adaptada a la televisión española bajo la dirección de Gustavo Pérez Puig, en la forma de teatro filmado que emitía el programa Estudio 1.
Mad Men (Matthew Weiner, 2007-2015) es una de las producciones de la televisión privada norteamericana HBO que encabezan la lista de series televisivas contemporáneas más prestigiosas. Bajo la estilización que impregna su representación de los años sesenta anida la desesperanza que aboca a la clase media norteamericana al consumo y da su razón de ser a la publicidad, la codicia y la podredumbre moral.